Nosotros

El Mercader Vikingo nació de una herencia familiar. En 2015, en el calor de una fragua artesanal, forjé mi primer cuchillo bajo la guía de mi abuelo y mi padre. Esa experiencia marcó el inicio de un viaje personal profundo hacia las raíces del mundo medieval y vikingo.

Lo que comenzó como una curiosidad por los cuchillos se transformó pronto en una fascinación por las hachas, espadas, armaduras, costumbres guerreras y vestimentas de culturas que, aunque distantes en el tiempo, siguen vivas en la imaginación de quienes, como yo, soñamos con otras épocas. Películas como El Señor de los Anillos y El Hobbit alimentaron ese fuego, pero fue la historia, la artesanía y la posibilidad de crear con mis propias manos lo que me atrapó por completo.

A medida que crecía, también lo hacía mi deseo de tener piezas auténticas, hechas con materiales reales y técnicas tradicionales. Sin embargo, en Ecuador, era casi imposible conseguir este tipo de objetos. Lo que había era costoso, de baja calidad o simplemente inexistente. Por eso decidí crear lo que no podía encontrar.

Así nació El Mercader Vikingo. Primero con una cota de malla, luego con espadas, hachas, joyas, prendas… Todo diseñado y elaborado con esmero, combinando lo que aprendí de mi abuelo con los conocimientos que adquirí como diseñador de productos. Mi madre fue mi impulso constante, y mi padre, que comparte mi pasión, siempre creyó en este proyecto.

Hoy, esta tienda representa mucho más que una colección de objetos: es una declaración de principios. Es la prueba de que los oficios tradicionales siguen vivos, que lo hecho a mano tiene valor, y que los gustos no convencionales merecen respeto. El Mercader Vikingo existe para que quienes aman esta estética puedan encontrar un espacio donde no solo sean comprendidos, sino también celebrados.

Aquí no vendemos disfraces ni simples accesorios. Vendemos piezas con alma, hechas para quienes se atreven a ser ellos mismos y a honrar un legado que resiste el paso del tiempo.